viernes, 20 de mayo de 2022

Lluvia fina de Luis Landero sesión de mayo de 2022


Luis Landero (Alburquerque, Badajoz, 1948) se dio a conocer con 'Juegos de la edad tardía' en 1989, que recibió el Premio de la Crítica de Narrativa Castellana ese mismo año y el Premio Nacional de Literatura de 1990. Tras ella, llegaron 'Caballeros de fortuna', 'El mágico aprendiz', 'El guitarrista', 'Retrato de un hombre inmaduro', 'Absolución', 'El balcón en invierno' o 'La vida negociable'. Traducido a varias lenguas, Landero es uno de los escritores más importantes de nuestro tiempo y su última novela es 'Una historia ridícula'.

Estudió Filología Hispánica y quizá por eso su dominio del lenguaje es extraordinario, no usa ninguna palabra, ningún adjetivo o verbo, por casualidad, todo está medido y responde a los intereses de los personajes. Además, Landero ha sido profesor de Lengua y Literatura de bachillerato y ha dado clases en la Escuela de Arte Dramático de Madrid, algo que le ha puesto en contacto con una realidad tangible, pero también con mundos más imaginativos, una característica fundamental para entender otros de sus libros, menos realitas y más cercanos a la ciencia ficción.

Pero lo que más me gusta de Landero y su 'Lluvia fina' es que el escritor retrata de forma muy realista las miserias humanas, las relaciones familiares o de amistad, el drama que las envuelve, la envidia, la soberbia, la prepotencia. En definitiva, el lado más oscuro del ser humano y del lector, algo que no nos lo pone fácil porque nos enfrenta a eso que también hemos hecho o sentido alguna vez.

Por eso, 'Lluvia fina' no es un libro agradable de leer, con un final feliz, pero es que Landero se inspiró en un caso real para demostrarnos que la vida a veces no es fácil y no tiene finales felices. Es una novela realista, sin medias tintas, llena de rencores, de personajes muy bien retratados, que seguro que nos han recordado a alguien de nuestro alrededor o a nosotros mismos en algún momento de nuestra vida. Es una novela de diálogos terribles, miserables, de una gran carga dramática, que van calando en los personajes y en el lector como esa lluvia fina que al principio parece que no moja, pero que poco a poco nos va empapando.

La novela, que transcurre tan sólo en seis días, pero que vuelve al pasado de forma reiterada, comienza con la feliz idea de Gabriel de celebrar en familia el ochenta cumpleaños de su madre y con Aurora intentando frenar ese intento de reconciliación, de volver a verse tras diez años, cuando se produjo el último encuentro que acabó lleno de reproches, agravios y violencias. El lector descubre poco a poco, con llamadas y encuentros, con diálogos llenos de interrogantes, los pequeños rencores que mueven a esa familia sin apellidos, sin clase social.

Aurora es dulce y ecuánime, confidente de todos, también de las hermanas de Gabriel, Sonia, que es la pareja de Roberto y que está divorciada del maltratador Horacio, y Andrea, enamorada de éste y que se siente desgraciada. Aurora sabe que el encuentro es imposible y que sólo agravará la relación, pero su marido no parece escuchar sus advertencias, sus reticencias. Su matrimonio es gris, marcado por la enfermedad de Alicia, su hija y ella, poco a poco, va sintiendo que ya no puede hacer más, o quizá que ya no quiere, que la verdad es inevitabe, y por eso su final es terrible.

Se siente abrumada ante la negligencia de su marido, inmaduro, narcisita e irresponsable, que ha provocado un nuevo cataclismo familiar por una celebración que ni la homenajeada desea. Además, nadie le pregunta nunca a ella cómo se siente, si necesita desahogarse, porque ella nunca lo ha requerido, nunca lo ha reclamado y ahora descubre poco a poco que su vida es una mentira y nadie quiere o puede escucharl. "Aurora solo escuchaba, se mordía los labios, intercalaba frases eclécticas, comprendía, aceptaba, ofrecía algún consejo, acompañaba a cada cual en sus alegrías y en sus tristezas, y nadie le preguntaba nunca nada, quizá porque nadie sospechaba que acaso ella también tuviese algo que contar, algún júbilo, alguna pena, y no digamos algún secreto".

La madre se descubre poco a poco como la culpable de la mala relación de los hijos, la instigadora de las envidias, la protectora del hombre frente a sus hijas, a las que ignora y anula. Para ellas fue "pesimista, agria y dominante"; para él era "realista y abnegada". Por eso, ellas siempre le vieron a él como "el predilecto, el afortunado, el escogido, el único niño del mundo que nació riendo y con un único objetivo en la vida, ser feliz". Ellas llevan colgada esa mochila de miserias, de envidias, toda la vida y ésta no es más que la consecuencia de un pasado que aún no han superado.

Ellas, que han llorado mucho y se han sentido abandonadas, no le perdonan a él haber sido feliz en una infancia que no lo fue. "Ni Andrea ni Sonia han conocido apenas la alegría. Y la madre tampoco, ella todavía menos. La madre tenía ya de por sí un carácter tenebroso, pero es que además decía, y no se cansaba de repetir, que la alegría trae mala suerte porque detrás de la alegría acecha siempre la desgracia". Andrea vuelve siempre al pasado, para recordar, pero sobre todo para no perdonar. "Yo miro atrás todos los días y veo las huellas de mis pasos marcadas en el polvo del tiempo. Los recuerdos arden dentro de mí".

La desgracia para Sonia y Andrea, fundamentalmente, es que se murió su padre, y recuerdan los años en los que él estaba como "el paraíso del juego y de las risas, y del vivir confiado y feliz", convencidas de que las cosas habrían sido distintas de no haber fallecido. "Todos hubieran podido realizar sus proyectos, cumplir sus sueños. Y hubieran sido incluso una familia armónica y feliz". Sin embargo, desde ese momento, "a todas horas se rendía culto al miedo".

Después, el negocio de la madre, la renuncia de Sofía a estudiar, la obligatoriedad de casarse con una persona veinte años mayor que él, la renuncia también de Andrea, enamorada de Horacio como un amor platónico, desconocido, idealizado, el no suicidio de ella, lo ignorada y triste que se sintió, la enfermedad de Alicia, la actitud miserable de Gabriel, que esconde durante años el anillo sobre el que se fundamentan muchos reproches... Todo termina pesando también sobre la espalda de Aurora.

Lluvia fina es una novela de rencores, de esperanzas frustradas, de sueños sin cumplir, pero también de cómo la memoria moldea aquello que vivimos en el pasado, pero que el tiempo deforma hasta hacerlo casi irreconocible. Todos parecen víctimas y verdugos de la relación familiar. También de secretos: "La sinceridad, llevada al fanatismo, solo puede conducir a la destrucción". (Emelia Viaña Villaverde coordinadora de la sesión de mayo del club de lectura).



 

jueves, 19 de mayo de 2022


 El miércoles 25 de mayo a las 11:30 de la mañana el grupo del club de lectura de la Biblioteca Luis Parra de Villanueva del Pardillo va a tener la suerte de poder tener un encuentro con el escritor para hablar del libro que hemos leído en el club "Lluvia fina".

lunes, 9 de mayo de 2022


 Esta vez en la sesión de la "lluvia inglesa" de Ana Muela Pareja tuvimos la suerte de poder contar con la escritora a la que preguntamos todas nuestras dudas sobre la historia. El libro fue del gusto de la mayoría, la historia es dura pero quizás al final se ve un poco de esperanza.

"La autora ha elegido un narrador protagonista, Leona Anaya. Por lo tanto lo que vamos sabiendo de la historia es lo que Leona va viviendo, entendiendo, recordando, lo que va sintiendo, pensando. Y lo sabemos desde su óptica. Esto hace que la percepción que tengamos del resto de personajes vaya
cambiando según va evolucionando el personaje de Leona. Este personaje comienza mostrando la amargura vital de quien no ha conseguido nada.

 Se nos presenta un personaje con una personalidad plana, insensible, como si la realidad no la afectara (para bien o para mal), pero, a lo largo de la historia, va cambiando, va humanizándose, va ganando afectos, seguridad.

novela muy dura, con una historia que, contada de otra manera tal vez
se hiciera menos soportable, pero con el humor que le imprime la autora y con el final esperanzador resulta muy agradable de leer. Pienso que es una novela de curación, no de perdón, pero sí de aceptación de la realidad, entendiendo que ésta (la realidad) tal vez tenga más caras o más versiones
de las que la memoria le ha permitido a Leona apreciar. El final es como una ventana que se abre auna nueva vida, una nueva posibilidad, tal vez a una nueva Leona
." (Comentario de Patricia Rama del club de lectura de Villanueva del Pardillo). 

LEYENDO A ALEJANDRO ZAMBRA Y POETA CHILENO CON LA COORDINACIÓN DE PATRICIA RAMA

Twittear  Este jueves comentamos el libro de Alejandro Zambra "Poeta chileno". Muchos de nosotras no les conocíamos pero nos ha re...